Este es otro procedimiento que típicamente se realiza en pacientes que han sido obesos y han perdido peso masivamente, es decir, en pacientes que han tenido índices de masa corporal por encima de 35 y que por algún método médico o de cirugía bariátrica pierden gran cantidad de peso. Lo que ocurre es que el paciente a medida que gana peso y se acumula grasa, la piel debe estirarse para dar espacio a dicha acumulación, parecido a lo que ocurre en el embarazo.
PROCEDIMIENTO
Una vez esta piel se ha estirado, presenta daño con ruptura de las fibras de colágeno y elastina, incluso presentando estrías. Este daño es irreversible, y por lo tanto, cuando el obeso pierde peso, la piel ya no tiene la capacidad de contracción. Al final, la consecuencia de la pérdida del excesivo peso es la formación de pliegues más o menos severos, que cuelgan llegando a cubrir la zona genital e incluso los muslos.
En estos casos la cirugía que se debe llevar a cabo no es una abdominoplastia sino una paniculectomía, es decir, buscamos retirar solo el exceso y cerrar, despegando mínimamente el abdomen hacia arriba y sin hacer unión de los músculos. Esto es con el fin de disminuir la presencia de complicaciones.
Es necesario, en estos casos dejar drenajes por tiempos más prolongados, y tener, al igual que en la torsoplastia, ciertos cuidados especiales para disminuir la probabilidad de complicaciones. También es importante seguir unas recomendaciones postquirúrgicas cómo movilización permanente pero cuidadosa, uso de faja, medias antiembólicas, etc.
La cicatriz que deja este procedimiento, sin embargo, es de alguna manera similar a la de una abdominoplastia, y se debe tener en cuenta una serie de cuidados como el uso del protector solar, silicona lámina y masaje en la cicatriz para obtener el mejor resultado posible.
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